A veces me gusta imaginarme
cosas, plantearme escenarios, y últimamente he estado preguntándome ¿qué habría
sido de la historia si Martin Luther King no hubiera asumido y enfrentado los
riesgos de su campaña contra el racismo? Él tenía un sueño, muchos lo sabemos; lo
expresó en su famoso discurso de 1963:
“Sueño que un día… los niños
y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y
caminar unidos, como hermanos y hermanas”
Para entonces era imposible, pero ¿qué hubiese pasado si su
sueño hubiera quedado sólo en eso, en un sueño? ¿Cómo sería la historia
entonces? Martin tuvo un sueño y lo
persiguió pese a los riesgos que esto acarreaba. Lo asesinaron claro, él sabía
que eso podría pasarle pero sin embargo se atrevió.
Ahora seamos honestos, tú no
serías capaz de asumir un riesgo como ese ¿no es cierto? No me refiero a soñar,
seguro eres un buen soñador. Te hablo de algo como enfrentarte a la sociedad, e
incluso a gobiernos. Echarte a las autoridades de enemigos, y vivir bajo
amenazas de muerte.
¡No! definitivamente no creo que
seas capaz de eso.
La mayoría de nosotros ni
siquiera se mudaría de hogar si el otro sitio no le brindara mayor confort o
seguridad. No hacemos algún viaje si las cosas no están minuciosamente planificadas
y no escogemos una carrera universitaria si ésta no pudiera abrirnos las
puertas para un buen trabajo. ¡Nada de riesgos! A casi todos nos gusta vivir al
abrigo de la cómoda seguridad.
Oramos por un buen empleo, por
una pareja idónea, la paz del mundo y quién sabe qué más, pero ni tan siquiera
imaginar que Dios tenga otros planes riesgosos. Anulamos y reprendemos.
¡COBARDE!
Que pesar tener decírtelo, pero
sí, eres un completo cobarde.
Nadie se atrevería a crear algo
con el RIESGO de que luego esto te cambiara todos los planes y te acarrearía el
mayor de los problemas. Bueno Dios lo hizo. Nos creó.
Nadie dejaría la comodidad de su
país, su familia y amigos, su cultura etc., con el RIESGO de ir a vagar a quién
sabe dónde sólo porque Dios le dijo que lo hiciese. Pues Abraham obedeció.
Nadie se enfrentaría a una nación
entera, imposible de penetrar, con el alto RIESGO de perder la batalla. Josué
se atrevió.
Nadie sería capaz de hacerle
frente a la mayor autoridad de un país para pedirle que cambiara la ley, con el
RIESGO de ser asesinada incluso con el solo hecho de pararse frente a él.
Bueno, Esther lo asumió.
Nadie hubiera cometido la
completa locura de negarse a hacer lo que un gobierno corrompido mandaba con el
RIESGO de tener una muerte nefasta. Daniel se arriesgó.
David con Goliat, Nehemías con la
reconstrucción, María diciendo que era virgen pero que estaba embarazada. En
fin, si no hay riesgo es como que si para Dios no tuviera sentido. Tal vez Dios
sea como los directores de esas películas de ficción: si no hay riesgo, el
filme es como un huevo sin sal.
Si Luther King no hubiera
propiciado esta lucha hoy quizá personalidades como Oprah Winfrey, Aretha
Franklin, Morgan Freeman y el mismísimo Barack Obama, entre muchísimos otros,
no hubieran tenido ninguna clase de oportunidad, ¿qué hubiera sido del mundo si
todo fuera de los blancos y para los blancos? ¡Qué va! No hay sazón así.
Si quieres ver a Dios en acción,
espera a que hagas a un lado la cobardía y tengas que enfrentar un riesgo.
Por último.
Nadie. Absolutamente nadie, sería
tan osado como para dejar y entregarlo TODO con el riesgo de que ni siquiera le
brindaras el espacio que merece de tu corazón. Bueno ¿qué Crees? ¡Sí, Exactamente! Jesús
lo hizo.
Finalizo con una frase que Edna
Moda le dijera a Elastigirl (personajes de “Los Increíbles” de Disney)
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“Ve,
enfrenta, pelea ¡gana!”
Orianna García